Los saurios pasaron la aplanadora ante el acorazado en primer juego de esta Gran Final de la LPB, 82-64 así quedó el compromiso con un penoso marcador para los orientales.
Cocodrilos de Caracas hizo respetar anoche su casa y de qué manera. El actual monarca de la LPB pegó primero en el inicio de la instancia final, con una paliza de 82-64 sobre Marinos de Anzoátegui, en un repleto parque Naciones Unidas.
Fue un partido de una sola vía, contrariamente a lo que se presagiaba. Los saurios mandaron en el tabloncillo, con base en el sacrificio de sus jugadores en la defensa y su juego colectivo.
El cinco local arrolló a la visita, que se vio sin argumentos, sin ejecución en las jugadas, víctima a veces del individualismo de sus figuras y forzando balones en fallidas ofensivas desde el perímetro.
Marinos sólo tuvo un momento brillante en el partido: un comienzo de 7-0. Pero el técnico Néstor Salazar, de Cocodrilos, solicitó tiempo e hizo el ajuste defensivo. El resultado, un primer lapso favorable a los de casa por 28-18.
Más tarde, en el segundo período, el Acorazado tuvo una tímida reacción. El pivot mexicano Gustavo Ayón defendió y con varios rebotes ofensivos brindó oportunidad a sus compañeros de anotar en segundas oportunidades. El margen se acortó a seis tantos (42-36). Pero fue sólo un espejismo.
En la segunda parte llegó el festival de los campeones.
Robos de balón de Leandro Garciamorales, un Jack Martínez dominante en los rebotes, su compañero Juan Herrera asfixiante en la marca sobre Michael Gale, Oscar Torres, Luis Flores y todo el que se le puso por delante, y un Carl Elliot brillante al atacar la brecha.
Y el público, que nunca paró de animar a su equipo, se regocijó con la ventaja. Desde hacer la ola, hasta cantar ¡ole, ole!, en los minutos finales.
Martínez, con 18 puntos y 14 rebotes, destacó por Cocodrilos. También Elliot, con 22 dianas.
Marinos, en cambio, tuvo como solitario referente a Gale, con 21 unidades. El Acorazado anidó cinco triples en 27 intentos y tuvo un discreto 35% de acierto en tiros de campo. Por si fuera poco, Oscar Torres, una de sus figuras, salió con su tobillo izquierdo lastimado.
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